La convivencia ciudadana, en su dimensión de política pública municipal, conlleva la promoción, preservación de la seguridad ciudadana y la prevención de la violencia social, procurando el pleno ejercicio de los derechos y goce de los espacios públicos y privados de los municipios, basándose para conseguirlo, en la armonía, respeto, tranquilidad, solidaridad y la resolución alternativa de conflictos. si fuere necesario.

Asimismo, en materia de convivencia ciudadana, se desarrolla la facultad de la autoridad administrativa municipal para poder solucionar las contravenciones administrativas previstas en la Ley, siempre que estas acciones no constituyan delito, privilegiando los espacios de dialogo amistoso, mediante la resolución alternativa de conflictos o, en última instancia actuando bajo el procedimiento administrativo sancionatorio desarrollado en la Ley.